Ainda em tempo de início de ano letivo e de elaboração do plano de atividades da biblioteca, após ter publicado um texto
aqui, volto ao assunto, agora com um texto retirado
daqui.
El Plan Pedagógico de la biblioteca escolar
A raíz de mi artículo "
El maestro bibliotecario frente al bibliotecario escolar", en la revista
Mi Biblioteca,
así como de varias ofertas de trabajo en el extranjero que estoy
evaluando, me aparece el concepto de "Plan Pedagógico de la biblioteca
escolar", dentro del "Plan educativo del centro”, y de la “Programación
anual”.
La Programación anual del centro, y de cualquier asignatura por
separado, se basa en unas acciones a desarrollar, y en unos indicadores
que medirán si los alumnos han alcanzado los objetivos que se marcaron a
principio de curso. Es decir: ¿tienen los niños de primer curso de
primaria un dominio adecuado de la lecto-escritura? ¿Conocen los alumnos
de 1º de ESO los conceptos de proporcionalidad, y saben aplicarlos a
supuestos prácticos? Etc.
¿Cuál es la función de la biblioteca del centro escolar?
¿Tiene algún plan propio, o simplemente son un par de líneas en el plan
general del centro? En caso de que lo tenga: ¿delimita qué
tienen que dominar los alumnos, según cada grupo de edad, sobre
funcionamiento y uso de la biblioteca, una vez finalizado el curso?
¿Serán mejores lectores? ¿Sabrán localizar la información que necesitan a
partir de la ordenación por materias de la biblioteca, o del orden
alfabético? ¿Se realiza alguna evaluación de lo conseguido (y de lo que
no, para mejorar) (y no me refiero al número de préstamos, sino a
conocimientos adquiridos por los alumnos sobre uso de la biblioteca y la
información)?
Por mi experiencia personal, el trabajo de la biblioteca se basa en
la catalogación y colocación de libros, el tener el espacio limpio y
ordenado, el realizar horas del cuento, el participar en los festejos...
básicamente, el tener material preparado para que los alumnos y
profesores encuentren lo que buscan. En algunos centros más integrados,
la colaboración con los maestros, pedagogos y padres, permiten ampliar
estas acciones al trabajo común para ofrecer servicios más
personalizados.
¿Pero va más allá? Imaginemos que el "Taller" del centro, disponga de
una persona que se dedica a comprar el material, y que lo tenga todo
ordenado y limpio, para que los alumnos vengan cuando esté abierto, y
hagan lo que quieran. En todo caso, aquella persona, podrá echarles una
mano si lo necesitan. Como todos sabemos, esto no funciona así. En
realidad, aquella persona es un maestro que enseña a los alumnos la
utilidad y el funcionamiento de los aparatos de medición, los
instrumentos mecánicos, y la manipulación de materiales. Después les
hace una evaluación a los niños, y valora los resultados.
¿Qué sigue haciendo la biblioteca?: los niños vienen, buscan (más
bien, preguntan), se les da lo que piden, y marchan. ¿Por qué no hay un
plan pedagógico? ¿Por qué la evaluación se basa en libros prestados y en
visitas a la biblioteca?
Si queremos conseguir la valoración y el sentido que merecen
las bibliotecas escolares, hemos de integrarlas en la escuela como
elemento pedagógico, y dentro del Claustro y del Consejo
Escolar. Para eso, se necesita presentar un plan a principios de curso,
en la línea de cualquier otro plan de cualquier otra asignatura: un plan
de objetivos por edades, las acciones que realizaremos, y como las
evaluaremos. Por ejemplo, a principio de curso, marcaremos los objetivos
generales por edades, teniendo en cuenta que, entre los 0 y los 18
años, los alumnos han de saber:
-
Encontrar gusto por la literatura (en cualquier soporte), para desarrollar el pensamiento abstracto y la imaginación.
-
Dominar diferentes recursos de información para desarrollar trabajos y proyectos de forma documentada.
-
Desarrollar el espíritu reflexivo y creativo mediante el contraste de información y la evaluación crítica de la misma.
Al final del curso, evaluaremos si estos objetivos (y los más
concretos, anuales, que serán más ambiciosos o menos, dependiendo de las
características concretas del centro) se han cumplido, por edades:
-
Después de haber realizado actividades como gimcamas, para que los
niños de 6 años puedan encontrar libros por colores o dibujos, ¿saben
identificar las distintas secciones de la biblioteca?
-
Los alumnos de 2º de ESO, al acabar el año, ¿saben buscar la misma
información en 3 fuentes diferentes, y encontrar diferencias entre
ellas?
Claro, para eso necesitaremos sólidos conocimientos pedagógicos. ¡Adquirámoslos!
Igual que algunos maestros aprenden como llevar una biblioteca, que los bibliotecarios aprendamos buenas nociones pedagógicas
no ha de ser algo baladí, sino una necesidad. Y estos conocimientos no
los marca nuestra experiencia en la biblioteca, sino la magnífica
tradición de los maestros, de los cuales tenemos mucho que aprender,
igual que ellos lo han hecho de nuestro ámbito.